lunes, 10 de noviembre de 2014

Nemo

A Lupita le gusta esta ciudad sin mar que amanece a veces tan submarina, y le gustan esos días de transición, ni otoño ni verano, que se dirían disfrazados de invierno y que son cada año más frecuentes. Le gusta mirar a las chicas en la calle, en el tren, porque todavía conservan los pantalones muy cortos de agosto, pero los complementan con medias de colores vivos y americanas demasiado grandes.

Le gusta comer en los restaurantes chinos, aunque se haga siempre un lío con los palillos, y cuando pasea viste un impermeable de color cereza que hace juego con su risa.



A veces, cuando llueve como aquí llueve, refugiada bajo una marquesina o vigilando desde el balcón de su casa, se siente un poco vigía a la espera de avistar las luces de posición del Nautilus allá, al otro lado de la calle en penumbra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores