lunes, 6 de mayo de 2013

menos mal que Holly...

Los domingos son para Lupita una enfermedad que cursa con dolor y en silencio.

Dicen, pero seguramente es mentira, que los esquimales distinguen docenas de matices en el blanco, y que tienen una palabra para cada uno de ellos. También ella encuentra cien matices en el tedio, en especial los domingos, pero nombrarlos le duele más de lo que quiere soportar.

Deja que las horas transcurran, hojea libros ya leídos, pasea por la casa, busca viejas fotografías: se descubre más joven, de negro riguroso y con muñequeras anchas para ocultar las cicatrices. Hace tanto tiempo...



Cae la noche. Una copa de vino blanco muy frío y, en el DVD, Desayuno con diamantes. Como cada domingo. Y menos mal que, cada domingo, Holly...

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