lunes, 24 de septiembre de 2012

cuero y tacón


Lupita, que creció leyendo los tebeos de su hermano y heredó su biblioteca sobresaturada cuando él se marchó, se ha preguntado a menudo quién elegiría ser, de ser superheroína. Su primera opción ha sido siempre Kitty Pride, que tenía un dragón extraterrestre de mascota: la Kitty que escribió Claremont y dibujó Paul Smith. Con el tiempo, le atrajo también el lado retro de Canario Negro, con sus medias de rejilla, o la pulsión bondage de Wonder Woman, tan turbadora a pesar de ese uniforme absurdo de desfile del 4 de Julio. O la Viuda Negra, claro, cómo pasarla por alto. ¿La Mujer Invisible? No, siempre le pareció que, cuando no estaba en escena, se dedicaba a fregarle el laboratorio al doctor Richards, su tedioso marido... y por ahí sí que no.



Pero siempre que se fantasea como heroína de ficción llega a la misma, inevitable conclusión: nada de papel; Lupita mataría por ser la señora Peel, y ahí no hay vuelta de hoja: ironía, glamour y unas piernas de ida y vuelta. Muérete de envidia, Natasha Romanoff...

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