lunes, 17 de septiembre de 2012

crisálida

Lupita, que ha crecido soñando con vacaciones lunares, aerocoches, autopistas elevadas y ciudades submarinas, fantasea a veces con la idea de convertirse en robot, en autómata o en cyborg.



 Imagina que cuelga su matriz neurológica en un servidor potente, y se descarga a sí misma en sucesivos cuerpos artificiales con los que contemplar tormentas solares desde la superficie abrasada de Mercurio,  surfear en los anillos de Saturno, explorar el océano oculto de Europa o cabalgar a lomos de un cometa hasta los confines del Sistema Solar para allí desplegar sus alas transparentes, kilométricas y sutiles, y planear, empujada por los vientos solares, hacia la oscuridad exterior, alcanzar a la nave Voyager y adelantarse, ver qué hay más allá...

Lupita sueña.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores