domingo, 27 de noviembre de 2011

B-52


A veces entra en el piso un moscardón gordo y parece perdido, vuela deprisa, nervioso, zumba como un bombardero. Lupita corre a abrirle la ventana del otro lado del salón para que salga, y piensa que el moscón sigue una ruta de milenios y es ese edificio absurdo del que no sabe salir el que de pronto apareció en el medio, de la nada.

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